Fotografías, Relatos

Una tarde junto al “sempre vamos”

Ella se acercaba, deslizándose con sigilo y calma, para rellenar de sal y mimo extremo las imperfecciones de su piel rugosa. Él la aguardaba, con la respiración en huelga de histeria y los sentidos, todos salvo el tacto, exiliados por inoportunos.

Poco a poco, ella encontró los pliegues de su piel. De ella fueron cada una de las cicatrices y, de la sal de su caricia, todas y cada una de las heridas que escuecen. Él se dejó mecer. Nubló su cordura con la embriaguez desprendida mientras veía morir sus tormentos y se diluía lentamente la quejumbre propia de la soledad.

No hubo palabras, ni miradas. No hubo susurros desafiando al plomizo silencio de la tarde, ni chasquidos de labios contra piel erizada; tampoco agitado vuelo de pestañas nerviosas. Solamente silencio, un abrazo y, colándose entre sus pieles fundidas, un hazme volar y un regresa conmigo.

Una tarde junto al "Sempre Vamos"

Casi al final, cuando la suavidad lo paralizaba todo, cuando el tiempo se tornaba denso y pesado, él se sintió flotar de nuevo y ella se supo mano firme y delicada. Ambos imaginaron estelas de espuma blanca. Caminos arañados por historias de viejos marinos sabios; relatos que, en su locura, evocaban noches de mar en calma y horas infinitas, perfectas para ser gastadas en la dulce misión de perder la mirada de él, en cada una de las crestas de la infinita espalda de ella.

Pero no hubo final feliz. Ni siquiera se comenzó a gestar uno cualquiera, ni epílogo triste, ni torpe, ni inconcluso. ¿Qué más puedo hacer?, se preguntó ella, mientras retrocedía quejumbrosa y envuelta en pereza. ¿Hasta cuándo me esperará?, se atormentó él, dejando caer la pesadumbre de su alma sobre el costado de estribor. ¡Qué tarde más gris para esta época del año!, pensé yo, estúpidamente ajeno a toda vida que no sea la mía.

Standard

Amenazas...

Fotografías

Amenazas…

… con más bramidos y sopapos, sin advertir que una estrecha franja de luz esforzada, es motivo suficiente para seguir bogando

Imagen

Quietud

Fotografías

Quietud · Dyin’ Alone

I’m not afraid of the sunset or the rain I’m not afraid of the suffering or the pain
I’m just afraid of dyin’ alone I’m just afraid of dyin’ without findin’ you
   
And what would you find And what would we find
And what would you sing And what would we say
And what would you mean And what would we mean
Imagen

Ocaso

Fotografías

Se ofrece abrupto ocaso…

… donde depositar suspiros

Imagen
Fotografías

La Encarna con chiquilín

La Encarna

Algún día soñarás con rincones nunca antes pisados
Y lo harás mientras atraviesas y huellas prados de miel y oro
Y lo harás, sin detenerte a contemplar a las alondras que te persiguen,
ensimismadas con el suave danzar de tus pasos

Algún día soñarás con finales no escritos
Y lo harás en tanto mi noche secuestra las horas
Y lo harás, mientras se tizna mi rostro y se mece mi cuerpo con impulso baldío

Algún día vivirás pleno, y yo callaré… soñando contigo

 

Standard

Mestura

Fotografías

Mezcla de bestias y demonios

Acantilados de la Garita de Herbeira, en la provincia de A Coruña.
Con sus más de 600 metros son los acantilados más altos de la Europa continental.

Imagen
Fotografías, Relatos

Hide and Seek

El juego del escondite. Pasos necesarios para su disfrute:

HideAndSeek

espere al atardecer, momento idóneo para encontrar un gigante hambriento merodeando por los alrededores.

dispútele el derecho a mantenerse erguido y haga que sus huesos besen el suelo.

una vez humillado, utilice su esqueleto vencido como «casa», o centro neurálgico del juego.

comience una cuenta, precisa y rítmica, hasta un número previamente acordado.

olvide que existen los adultos, y su tendencia a interrumpir actividades de la importancia de la aquí descrita.

recuerde que necesita, al menos, un buen amigo dispuesto a ocultarse. Si lo ha conseguido, láncese en su búsqueda y disfrute, si no… el juego hace rato que ya ha comenzado.

Standard